El ambiente político en Salta se encuentra en ebullición tras las acusaciones vertidas por el Gobernador contra un grupo de diputados nacionales, en medio de una controversia relacionada con la industria tabacalera. Mientras tanto, una denuncia penal presentada por el Senador Provincial Enrique Cornejo contra el Diputado Nacional Carlos Zapata agita aún más las aguas del debate político.
El Gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, desató una tormenta tras su publicación en sus redes sociales al arremeter contra un grupo de diputados nacionales, insinuando connivencia con intereses empresariales en la industria tabacalera.
En una publicación cargada de indignación, acusó a ciertos legisladores de "torcer el brazo" del gobierno y favorecer a una empresa privilegiada, que se autopercibe Pyme pero factura más de 800 millones de dólares; que se dice nacional pero no compra ni un kilo de tabaco argentino, en detrimento de las economías regionales.
La furia del Gobernador no es infundada. Se suma a una denuncia penal presentada por el Senador Provincial Enrique Cornejo contra el Diputado Nacional Carlos Zapata, quien se encuentra en el ojo del huracán por presunto lobby a favor de cigarreras nacionales.
Según la denuncia, Zapata habría desviado sus obligaciones representativas para satisfacer intereses privados, desprotegiendo así los intereses del Estado y desviándose del principio de imparcialidad.
Las respuestas de Zapata, lejos de calmar las aguas, avivaron el fuego de la polémica. Se defendió alegando una supuesta "persecución política", mientras acusaba al Senador Cornejo de estar "casado con Massalin" y de falta de instrucción.
Sin embargo, el respaldo del sector tabacalero hacia Cornejo evidencia un respaldo sólido hacia aquellos que luchan por la transparencia y el bienestar de la industria.
La situación no solo pone en tela de juicio la integridad de ciertos representantes políticos, sino que también revela la complejidad y los intereses en juego dentro del ámbito legislativo. Mientras tanto, la ciudadanía observa con preocupación cómo los debates parlamentarios parecen ser influenciados por "fuerzas externas", en detrimento del bien común de Argentina.
En este contexto, la exigencia del Gobernador Sáenz de no claudicar ante las presiones e intereses espurios cobra aún más relevancia. El llamado a la transparencia y la responsabilidad en la representación política resuena con fuerza en un momento en que la confianza en las instituciones se encuentra en entredicho.
El futuro de Salta y de su industria tabacalera pende de un hilo, quedando en juego miles de puestos de trabajo, mientras las acusaciones y los señalamientos siguen en aumento.
