Tensión en el Barrio El Huaico en la detención de un presunto "Dealer": unos vecinos lo defendían, otros lo querían linchar

Una situación insólita y de marcada tensión se vivió durante la semana en el barrio El Huaico, en la zona norte de la capital. Un procedimiento policial, que debería haber traído alivio a la comunidad, terminó exponiendo una profunda fractura social entre los propios residentes de la zona.

El foco del conflicto fue la detención de un joven, cuya fotografía se había viralizado previamente en grupos de WhatsApp, acusado de comercializar estupefacientes en la vía pública e intentar ingresar a una vivienda con fines de robo.

El incidente tuvo lugar en las inmediaciones de la calle José Povolo. Cuando los efectivos de la Policía de Salta arribaron para interceptar al sospechoso, el escenario se tornó confuso.

En ese momento se generó una fuerte discusión y un "tira y afloje" moral. Mientras un grupo de vecinos, hartos de la inseguridad, rodeaba la escena con la intención de linchar al acusado, otros vecinos salieron sorpresivamente en su defensa, increpando a los uniformados para evitar el traslado.

"Él no está haciendo nada y si se lo llevan, váyanse ya porque los otros le quieren pegar", se escuchó gritar a quienes protegían al joven, intentando disuadir a los denunciantes.

La indignación quedó plasmada en un mensaje enviado a la redacción de HolaSalta Noticias. Una vecina compartió imágenes del momento de la aprehensión y fue contundente: "Las últimas fotos son el motivo por lo que lo aprehendieron: DROGAS. Vienen a ofrecer al barrio".

El relato expone, además, la impunidad con la que se maneja el entorno del detenido, ya que la mujer denunció haber recibido amenazas directas por documentar el hecho: "Los vecinos lo defendieron y amenazaron a la vecina que sacaba fotos. Así que ya saben qué clase de vecinos tenemos, defendiendo a delincuentes".

Si bien hasta el momento no hay información oficial sobre la situación procesal del sujeto, los testimonios hablan de "violaciones, robos continuos y puertas reventadas". El episodio en calle Povolo deja una postal amarga: la de una comunidad donde la convivencia se ha roto, dividida entre quienes encubren lo ilícito y quienes, desesperados, claman por seguridad.