El concejal libertario que agredió a periodista, ¿es ñoqui? porque cobra millones como “asesor” en el Congreso Nacional

La Libertad Avanza en Salta, lejos de encarnar los principios libertarios que pregona, se ha convertido en un nido de controversias que pone en jaque su discurso anti-casta y su supuesta lucha contra el statu quo.

El reciente episodio protagonizado por Rodrigo Quinteros, concejal electo y "asesor en la Cámara de Diputados de la Nación", no solo desnuda la hipocresía del partido, sino que también revela la verdadera naturaleza de sus representantes: un grupo heterogéneo que, más que libertarios, parecen ser un compendio de oportunistas políticos.

¿Quiénes son realmente?

Detrás de la fachada de La Libertad Avanza en Salta se encuentra el Partido Ahora Patria, fundado por Alfredo Olmedo, un político con un historial marcado por cambios de bando y alianzas convenientes. Este partido, que compró la franquicia de Javier Milei para surfear la ola libertaria, está compuesto por figuras que han transitado por todos los espectros políticos, desde el peronismo hasta el radicalismo, pasando por el macrismo.

Lejos de ser un movimiento ideológico puro, se trata de una coalición pragmática que prioriza el poder por sobre los principios.

Rodrigo Quinteros, conocido como “GordoDan del Altiplano”, es un claro ejemplo de esta contradicción. Su agresión verbal contra el periodista Daniel Murillo, grabada en video y viralizada en redes sociales, no solo muestra un desprecio por la libertad de expresión, sino también una falta de coherencia con el discurso anti-violencia que supuestamente defienden. Quinteros, quien irrumpió en los estudios de FM Infinito acompañado por militantes, no dudó en lanzar insultos y desafíos físicos, un acto que contradice frontalmente los valores libertarios que el partido dice representar.

¿Ñoqui o asesor?

La situación se complica aún más al descubrirse que Quinteros cobra como "asesor en la Cámara de Diputados de la Nación" desde hace años, un cargo que, según la nómina oficial (diputados.gov.ar), le otorga un sueldo millonario, y ahora simultáneamente ejerce como concejal electo. Esta dualidad no solo levanta sospechas sobre su dedicación real a ambos roles, sino que también alimenta la percepción de que se trata de un “ñoqui”, es decir, un empleado público que cobra sin cumplir efectivamente con sus funciones. ¿Dónde está la lucha contra la casta que tanto critican? Pareciera que, en lugar de combatirla, la reproducen.

¿Libertarios o oportunistas?

La Libertad Avanza en Salta no es un movimiento homogéneo de libertarios convencidos, sino un conglomerado de políticos que han encontrado en la marca de Milei una oportunidad para perpetuarse en el poder. Figuras como Pablo López, denunciado por violencia sexual y económica, y Erica Rivas Castro, vinculada a la empresa Contemax responsable del incendio en el barrio 20 de Junio, demuestran que el partido está más interesado en mantener privilegios que en promover una agenda de cambio real. Estas controversias no son aisladas, sino síntomas de un partido que, más que transformar, busca acomodarse en el sistema que dice combatir.

Un espejo de la hipocresía política

El caso de Quinteros no es solo un reflejo de la crisis interna de La Libertad Avanza en Salta, sino también un espejo de la hipocresía política que tanto critican. Mientras denuncian la “casta” y prometen una revolución libertaria, sus representantes se benefician de los mismos mecanismos que supuestamente rechazan. La agresión a un periodista, las amenazas previas con objetos como un consolador y harina, y la contratación en el Congreso nacional son actos que contradicen su discurso y revelan una realidad inconveniente: no son libertarios, son parte del problema.

En un contexto donde la sociedad demanda transparencia y coherencia, La Libertad Avanza en Salta ofrece un espectáculo de contradicciones que solo refuerza la percepción de que, más que un partido de principios, es un vehículo para intereses personales. ¿Qué dirían sus votantes si supieran que su representante electo, en lugar de defender la libertad, la agrede? ¿Y qué diría Milei sobre un partido que, en su nombre, perpetúa las prácticas que tanto critica? Quizás sea hora de que la verdadera casta, la que se esconde detrás de un discurso libertario, sea expuesta y cuestionada.