Un cura tuvo que renunciar luego de ser escrachado acosando por celular a un joven, quien reconoció que le tendió una trampa para revelar las prácticas del sacerdote, que contenían fotos y textos.
Un cura de San Juan tuvo que renunciar luego de ser escrachado acosando por celular a un joven de 20 años, quien reconoció que le tendió una trampa para revelar las prácticas del sacerdote, que contenían sugerencias sexuales y fotos, llegando incluso a pautar un falso encuentro.
José Ortega, más conocido como “Padre Pepe”, trabajaba en la parroquia Santa Teresita del Niño Jesús, ubicada en el departamento sanjuanino de Rawson, aunque en las últimas horas se alejó reconociendo “una mala conducta” y prometiendo que iba a iniciar “un camino de conversión interior”.
La presunta víctima contó lo ocurrido desde un falso perfil de Facebook, en el que expresó que todo empezó cuando el párroco le escribió a otro joven. “Hace unos días un amigo nos escribió que estaba recibiendo mensajes a altas horas de la noche de alguien que le decía ‘somos amigos en Facebook, saqué tu número de ahí’”, reveló en la red social.
La conversación comenzó de manera inocente, pero a medida que el religioso iba entrando en confianza, le daba consejos y lo elogiaba. Además, le envió una foto con sus hábitos para indicarle “este soy yo”, mientras que más adelante le lanzó: “Me gusta mucho tu tono de voz, no tengas miedo”.
Al contarle el joven que estudiaba relaciones públicas, Ortega respondió: “Ah, te gusta tener relaciones... A mí también, públicas y privadas”. Luego, lo invitó a tomar un helado y, tras varias invitaciones y negativas, lo consiguió. En ese marco, la presunta víctima le envió una fotografía de su torso, momento en que el religioso le contestó: “Estás buenísimo, estoy muy caliente”.
Tras concertar la cita, el hombre que le tendió la trampa acudió al lugar, le sacó una foto desde su auto y le confesó su intención: “Me dan asco los clérigos hipócritas que predican ‘verdades’ y después andan levantándose pibitos”. Luego de eso, el cura finalizó la conversación con un “yo confío en vos y mirá lo que me hiciste, me tendiste una trampa”.
Los chats se viralizaron y el propio Arzobispado envió un comunicado en el que reconoció la veracidad de los hechos mediante un comunicado en el que expresó: “El sacerdote reconoce haber actuado de modo incoherente con su estado de vida y pide perdón a la comunidad por el daño que esto ocasiona”.
“Como consecuencia de esto pone a disposición la renuncia al cargo de Párroco y todos los oficios encomendados (renuncia que es aceptada por el Obispo) y expresa su deseo de realizar un camino de conversión interior”, insistieron en el texto.
