Esta y otras definiciones, surgidas de la pericia psicolĆ³gica practicada en la causa, comprometen al sacerdote AgustĆn Rosa Torino. Los mismos estudios realizados a las vĆctimas indican que en sus relatos no se āobservaron indicadores de mendacidad o fabulaciĆ³nā, como asĆ tambiĆ©n confirmaron serios daƱos productos de los abusos, incluso intentos de suicidio.
En el requerimiento a juicio contra el sacerdote por los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante y abuso sexual simple agravados por ser el autor āministro de un culto reconocidoā, la fiscal penal MarĆa LujĆ”n Sodero de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS), resaltĆ³ varios testimonios vertidos durante la investigaciĆ³n penal del caso.
En ellos se destacan las precisiones que brindaron los distintos psicĆ³logos que realizaron las correspondientes pericias, tanto al acusado como a los tres denunciantes, ex integrantes del Instituto Religioso Hermanos DiscĆpulos de JesĆŗs de San Juan Bautista.
Respecto a la personalidad del sacerdote, uno de los profesionales seƱalĆ³ entre sus conclusiones que āla elecciĆ³n de la carrera sacerdotal esconde en sĆ misma el secreto de sus mĆ”s profundas heridas, sus renuncias y sus frustraciones. (ā¦) Presenta una estructura de personalidad compleja.Ā
La profesional explicĆ³ que esto favoreciĆ³ la escisiĆ³n de su estructura psĆquica y la conformaciĆ³n de dos partes que coexisten en Ć©l, una que permite la adaptaciĆ³n efectiva en distintos aspectos de su vida, como el laboral y el social; y otra vinculada a aspectos propios mĆ”s desajustados, agresivos, impulsivos y tendientes a la invasiĆ³n de la subjetividad del otro.
Por otra parte y respecto a la identidad del acusado, sostuvo que ādesde la construcciĆ³n de su identidad, se identifica con los valores propios de la doctrina que predica y desde allĆ estableciĆ³ una vinculaciĆ³n con el mundo impregnada por un posicionamiento vincular asimĆ©trico (por encima del otro) en el que busca ser admirado y reconocido.ā.
AgregĆ³ que āde lo evaluado puede decirse que (Rosa Torino) establece vĆnculos intelectualizados, que desde la afectividad no estĆ”n facilitados por la empatĆa, ya que precisa desconectar sus emociones como una manera de ejercer control sobre ellas. Asimismo, establece vĆnculos asimĆ©tricos desde los cuales puede ejercer el poder sobre el otro devenido en condiciĆ³n de vulnerabilidad.ā.
āTanto en su lenguaje verbal como en sus proyecciones tĆ©cnicas, se observa el despliegue de un doble discurso que da cuenta de la existencia y coexistencia de aspectos desintegrados de su personalidad.ā.
āEl doble discurso deja a su interlocutor siempre ante la vulnerabilidad que genera la incomprensiĆ³n acerca de lo que Ć©l dice, posicionĆ”ndose en un lugar de saber y de imparticiĆ³n de conocimientos, pero siempre a expensas de dejar al otro en un lugar de inferioridad con respecto a Ć©l.ā, agregĆ³ la licenciada respecto al acusado.
Para la fiscal este cuadro sumado a un gran cantidad de testimonios de otros ex integrantes de dicha orden religiosa, quienes coinciden con los conceptos seƱalados por la psicĆ³loga, evidencian con claridad la verdadera personalidad del acusado, quien se valiĆ³ de su ascendencia sobre los mismos para manipular situaciĆ³n que lo colocaron en posiciĆ³n de invadir y abusar de la sexualidad de los mismos.
Las vĆctimas
En cuanto a los tres denunciantes, vĆctimas de los abuso sexuales imputados al sacerdote, los profesionales que realizaron los correspondientes estudios psicolĆ³gicos, seƱalaron de manera coincidente el hecho de que los ex integrantes del instituto religioso se hallaban en āestado de vulnerabilidadā por distintos episodios, ya sea intrafamiliar o personal.
Al respecto, se seƱalĆ³ en cuanto a una de las vĆctimas que la misma āpresenta una dinĆ”mica familiar disfuncional, con vĆnculos e identificaciones fallidas, con referentes incapaces de brindar contenciĆ³n y apoyo; que su historia de vida lo posiciona en un lugar de vulnerabilidad; que su personalidad es de tipo dependiente, y las carencias afectivas lo ubican en una posiciĆ³n de indefensiĆ³n, por lo que ante situaciones de riesgo o amenazas se paraliza.ā.
TambiĆ©n refiriĆ³ que en el denunciante āno se evidenciaron indicadores de mendacidad o fabulaciĆ³nā, mientras que āen el Ć”rea sexual se observan fallas en la identificaciĆ³n masculina; presentando indicadores compatibles con vivencias de agresiĆ³n sexual.ā.
Respecto al relato de otro de los denunciantes, se seƱalĆ³ que ālo expuesto se relaciona con vivencias pasadas de situaciones en las que se sintiĆ³ invadido y atacado en su integridad y, al no encontrar una soluciĆ³n favorable a sus problemas, manifiesta que intentĆ³ quitarse la vida en tres oportunidades.ā.
āDe ello se infiere ademĆ”s un importante monto de angustia y ansiedad, de tristeza y pesar, de estados de Ć”nimo depresivos y disfĆ³ricos (emociĆ³n desagradable) frente a los que no puede implementar mecanismos de defensa.ā.
AgregĆ³ que estos indicadores son compatibles ācon haber vivido escenas traumĆ”ticas de Ćndole sexual, que incidieron de manera desfavorable en la conformaciĆ³n de su personalidadā.Ā Asimismo, seƱalĆ³ expresamente que: āDe las caracterĆsticas de funcionamiento del pensamiento precedentemente descriptas, se desprende que el joven no presente tendencia a fabular ni a confabular. De igual modo no se observa tendencia a la mendacidad (ā¦) No se observan indicadores que den cuenta de una organizaciĆ³n psicopĆ”tica de personalidad ni tendencia a la manipulaciĆ³n de personas ni de situacionesā.
Estos conceptos para la fiscal evidencian las lesiones, tanto fĆsicas como emocionales y de formaciĆ³n en la psiquis de las vĆctimas, las que son atribuibles al accionar que desplegĆ³ el sacerdote en la comisiĆ³n de los abusos sexuales cometidos durante el tiempo que estuvo como director del instituto religioso, por Ć©l mismo fundado.