El pueblo se dio cita en la plaza central. La madre de la joven encabezó la protesta y el pedido de justicia.
Cientos de personas desfilaron en la noche de ayer por las calles céntricas de la localidad de Embarcación. El motivo, un pedido de justicia por la muerte de una joven, pero además el clamor de las familias para que se tomen medidas sobre una zona liberada en Embarcación donde en las noches reinan el sexo, la droga y el alcohol.
Unas trescientas cincuenta personas se quejaron con un silencio doloroso por la cruel realidad de la juventud del pueblo.
Centenares de personas, la mayoría de edad avanzada, protestaron por la degradación extrema de los grupos más vulnerables, que encontraron un nicho de perdición en la zona de la estación de servicio y playa para camiones. El lugar se puso en evidencia tras la muerte de Celeste Yanet.
Un vecino dijo que está en marcha una carta abierta a las autoridades y, sobre todo, a la seguridad pública para que terminen con la zona liberada a camioneros y otra gente de mal vivir que prostituyen de manera sistemáticas a decenas de jóvenes, entre estos algunos chicos gay, con dinero, drogas y pastillas.
La marcha exigió respuestas contundentes de la Justicia y la verdad, por más dolorosa que ésta sea. Así lo hizo conocer otro vecino anoche, quien conmocionado dijo que la verdad supera la fantasía en el pueblo de frontera.
Todos por Celeste
Embarcación sigue conmovida tras el hallazgo sin vida de Celeste Miranda, la joven de 18 años asesinada en un pastizal cercano a finca La Ponderosa. La marcha comenzó a las 20.15 desde el mástil de la plaza General San Martín del pueblo.
El caso
El crimen sexual de Celeste Yanet Miranda conmovió a la estructura social de Embarcación.
La ciudad tomó conciencia tras el feroz crimen de una jovencita.
No es la primera vez que sucedía, pero hoy por hoy los habitantes quisieran que fuera la última.
Hasta ayer la policía intentaba demostrar una u otra hipótesis, pero los manifestantes saben que el móvil es el de todas las noches, el abuso de la juventud y la esclavitud de las drogas.
Aunque la autopsia habría determinado que Celeste Yanet Miranda murió por asfixia mecánica, las lesiones que presentaba en el rostro y el cráneo mostraron el perfil de un criminal despiadado, un chacal, dijeron anoche. Y lo peor, afirmaron, anda suelto.
Desde la órbita oficial se dijo que Celeste no presentaba lesiones compatibles con abuso sexual, pero la agresión sexual con contacto físico es lo que mostraban las improntas de su desnudez y las palabras de los marchantes fueron claras con respecto a las actividades a las que se dedican al menos unas treinta menores de Embarcación y otros tantos chicos varones que se prostituyen en esas oscuridades y en las playas para camiones.
Anoche la marcha tuvo distintos objetivos. Al frente de ella marcharon los padres, los amigos de Celeste Yanet, los compañeros y más atrás estuvo el pueblo, alarmado, castigado, cansado. La de anoche fue una postal de lo que está sucediendo en muchos lugares del interior de nuestra provincia.
Hace unos meses fue Morillo, donde la juventud adicta se incineraba con droga y nafta. Hoy es un poco más al sur, pero la raíz del problema sigue siendo el mismo: pobreza, marginalidad.
