La autopsia confirmĆ³ que Marcela HilariĆ³n -a quien encontraron degollada y con un cuchillo en el ojo, en el comercio de su marido- fue abusada. Rogelio Quispe -el dependiente acusado- falleciĆ³ en el hospital.
Marcela Laura HilariĆ³n, quien fuera hallada muerta con signos de haber sido degollada y con un cuchillo clavado en un ojo tras una explosiĆ³n e incendio intencional en los fondos de una verdulerĆa de la localidad de Del Viso, fue vĆctima de un abuso sexual y recibiĆ³ una gran cantidad de puƱaladas.
De esta manera, con el resultado preliminar de la autopsia se refuerza la principal hipĆ³tesis, que apunta a que la mujer fue asesinada por un empleado de ese comercio, quien falleciĆ³ a raĆz de graves quemaduras sufridas en el siniestro, que habrĆa provocado con la intenciĆ³n de suicidarse.
SegĆŗn los investigadores del femicidio, Marcela HilariĆ³n, de 30 aƱos, "tenĆa a simple vista lesiones en la zona genital y las ropas arrancadas", en un claro indicio de haber sido vĆctima de un ataque sexual, previo a la posterior agresiĆ³n mortal. Su marido, el verdulero David Apasa -al que demoraron en principio como supuesto sospechoso de propiciar un doble crimen en una presunta venganza- resultĆ³ liberado ante la inexistencia de pruebas en su contra. AdemĆ”s, no presenta lesiones que puedan vincularlo con este hecho.
"Su versiĆ³n es firme, ya que asegurĆ³ que saliĆ³ a hacer un reparto y cuando volviĆ³, mientras atendĆa a una clienta, comenzĆ³ a escuchar el silbido tĆpico de una garrafa perdiendo el gas y enseguida se produjo la explosiĆ³n procedente de una pequeƱa cocina ubicada en el fondo del local. Cuando se acercĆ³, se encontrĆ³ con ese lugar cerrado con una puerta de madera y otra de rejas con un candado aparentemente desde adentro", trascendiĆ³, en relaciĆ³n al testimonio que brindĆ³ el comerciante.
AdemĆ”s, se conociĆ³ que para abrir la reja, Apasa pidiĆ³ ayuda a vecinos, con los que logrĆ³ romper el candado a mazazos. Hallaron a la mujer desnuda, con gran cantidad de heridas. La llama de la garrafa le apuntaba a la cara. El empleado, identificado como Rogelio Quispe, estaba prendido fuego y gritaba de dolor por las quemaduras, por lo que fue trasladado al hospital Sanguinetti de Pilar, donde falleciĆ³ a poco de ingresar.
Si bien todo apunta a Quispe (de 28 aƱos y quien trabajaba en la verdulerĆa desde hacĆa un lustro), aĆŗn no se determinĆ³ fehacientemente "si iniciĆ³ ese fuego con intenciones de borrar rastros del abuso sexual y crimen de la mujer y quedĆ³ atrapado, si se tratĆ³ de un accidente o, como se cree, fue un asesinato seguido de suicidio".
Un dato clave para los investigadores fue el hallazgo de la llave del candado de la puerta, debajo del cuerpo de la mujer y de su telĆ©fono celular, que habĆa sido destruido previo al incendio.
"Era un dĆa normal, como todos los dĆas. Con mi hermana estĆ”bamos bien, hablĆ”bamos, nos reĆamos, hacĆamos chistes con este chico, que trabajaba acĆ” hace como cinco aƱos", seƱalĆ³ Claudia HilariĆ³n, hermana de la vĆctima, quien sostuvo que Rogelio Quispe "coqueteaba con Marcela y la empezĆ³ a molestar, pero despuĆ©s le puso los puntos y entonces, empezĆ³ a acosarme a a mi".
No obstante, al ser consultada sobre el autor del crimen, la mujer respondiĆ³: "En realidad, no puedo decir con certeza si fue Ć©l (por el empleado) o mi cuƱado (dueƱo de la verdulerĆa)".
La fiscal Carolina Carballido Calatayud, titular de la Unidad Funcional de InstrucciĆ³n TemĆ”tica en Violencia de GĆ©nero de Pilar, quien quedĆ³ a cargo del caso (tras la intervenciĆ³n inicial del fiscal Federico Mercader), dispuso diversas diligencias para esclarecer lo ocurrido y, si bien no descarta ninguna pista, la causa se orienta a la hipĆ³tesis de un femicidio seguido de suicidio.
El hecho se registrĆ³ el pasado miĆ©rcoles, en horas de la tarde, en el comercio de la calle GualeguaychĆŗ al 2800 del barrio De Vicenzo Grande de Del Viso y quedĆ³ al descubierto cuando efectivos de la comisarĆa 7ĀŖ de Pilar se desplazaron al lugar, convocando a los bomberos, ante un incendio provocado por una garrafa.
Cuando el personal policial ingresĆ³ en ese cuarto, utilizado como cocina y depĆ³sito, hallaron a la mujer con graves heridas, un cuchillo clavado en el ojo, ya muerta y a su lado, el empleado agonizando, por tener casi todo el cuerpo quemado.